Casuca

El juego de las palas

juego de las palas

Cuando el mar en Cantabria comienza a dormirse en las profundidades de la marea baja, despierta en el norte un deporte estrictamente cántabro: el juego de las Palas.

Si en algo se caracteriza Cantabria, a parte de muchas otras cosas, es por el juego de las Palas.

Sobre la arena fina y dura, como un tatami, tiene lugar el único juego en el que no hay ni vencedores ni vencidos, nadie gana, se trata solamente de una diversión y de un deporte.

El constante toc toc toc de la bola sobre la pala, cautiva a los jugadores e hipnotiza al público, que distraído, escucha incesantemente el aleteo de las palas y el golpe seco sobre la bola.

La pala de madera maciza, se asemeja a una espada que corta el aire esperando dar respuesta a una volea o a un revés. Muy importante la habilidad y la fuerza de los jugadores.

En el juego de las Palas, de un lado el pegador, enfurecido jugador que desea machacar el envío de la bola por parte del parador, que ancla sus pies sobre la arena para no caer rendido ante la potencia del disparo de su rival.

La bola no puede caer al suelo, no hay más reglas, los jugadores embravecidos se entregan con tesón para evitar su caída, la arena sirve de colchón a los jugadores, que en pareja o individuales evitan con un escarceo que termine la batalla.

Las olas grises buscan el norte, mientras, en la orilla, los jugadores resisten el embate del juego.

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