Casuca

A LA BÚSQUEDA DEL RESBALADERO

niebla en el resbaladero

Desde hace tiempo teníamos pendiente emprender la búsqueda del Resbaladero de troncos de Lunada.

El deforestado paisaje que presentan algunas zonas, carentes del arbolado, conforma uno de los mitos que se escuchan en media España, desde Los Monegros a Jaén, pasando por Cuenca: la tala de árboles se debe a la construcción de barcos y cañones para servir a la Armada Invencible. Leyenda urbana. 

Realmente donde se talaron árboles, -se cree que pudieron ser 10 millones-, fue en la montaña pasiega, concretamente en las laderas y en la parte alta del Río Miera.

Rio Miera ¿quien te vio/más arriba de San Roque/ brincando de lastra en lastra/ burlando alisas y robles. Gerardo Diego

 

 

iniciamos la ruta

Es un día de octubre, despejado en la costa, pero húmedo con altos cantares de niebla en el Retén de la Concha, concretamente en el Hotel restaurante La Vieja Escuela, que será nuestro punto de partida y de retorno.

El Retén de la Concha, fue una obra hidráulica del siglo XVIII de las Reales Fábricas de cañones, hasta allí llegaban los troncos a merced de la corriente del rio y desde allí a Liérganes y a La Cavada, para servir para la combustión de los altos hornos.

Comienza nuestra ruta: a la Búsqueda del Resbaladero.

Comenzamos nuestra ruta por entre un bosque convertido en tubo de castaños, avellanos y robles, que se va abriendo paso a través de una calzada, -en mal estado-, que acompaña a la corriente fluvial, que a veces se convierte en agua y en otras desaparece de forma subterránea para dejar a merced de la vista, riscos y cantos de lo que en las primeras nevadas se convertirá en el cauce del río.

Por entre las ramas se otean una, dos, tres, cuatro, decenas de casas de labriegos pasiegos unas abandonadas, otras con humo de la chimenea que parecen barcos en la niebla de este océano verde y molinos harineros con más hiedra que harina.

 

Llegando al Resbaladero

Serpenteado llegamos a la Ermita del Toral, los muros de piedra caliza, son el fruto de la montaña, grises, toscos y oscuros.

A unos pasos de la Ermita, y hacia la izquierda, nos volvemos a adentrar en el bosque cerrado, donde crecen líquenes y setas y un haya centenario, que brota como un bonsái tenebroso y nigromántico.

La llegada del otoño, va tejiendo en el suelo una alfombra de colores.

A mitad del camino, nos encontramos con el Puente de la Fragua, ahora reconstruido y que su momento servía de paso a quienes controlaban la bajada de los troncos por la senda fluvial.

De vez en cuando aparecen rebaños de ganado que pastan y que se extrañan del paso de los caminantes.

Parece que nunca vamos a llegar al Resbaladero, el camino poco a poco comienza a colgarse entre los montes de piedra caliza.

Alguien grita, ya solo faltan 170 metros! El resuello se contiene en la esperanza de ganar tiempo al tiempo.

Por fin…….

Por fin, detrás de la ladera aparece la Casa del Rey, hoy cobijo de ganado y recuerdo de la derrota del bosque. No hay árboles, solo pasto y niebla.

ermita del Toral

Buscamos a nuestro alrededor ¿donde está el Resbaladero?

Mira puede ser aquella hendidura de allí o aquella grieta de allá, hasta que al fin pudimos observar la única pared de mampostería que ha resistido al envite del tiempo. 

El Resbaladero se construyó hacia 1791 y era un ingenio convertido en tobogán de una anchura de 3 a 4 metros y de un kilómetro y medio de longitud, para que los árboles descendieran desde la altura inimaginable del Portillo, hasta la esclusa que existía en la casa que resiste al pie del río.

Hoy sólo queda el silencio y una vista privilegiada que se queda grabada en la retina.

vista del resbaladero

Han sido dos horas de camino y de vuelta, bajamos por el mismo sendero de piedra, que zigzaguea sinuoso por entre la montaña y aunque la ruta es circular, el nuevo camino facilita el paseo y el acceso.

Llegamos nuevamente al restaurante La Vieja Escuela y como no podía ser de otra forma y con el estómago rendido del esfuerzo, pedimos, pues nos lo merecemos, un cocido montañés. 

En total han sido 4 horas de ruta.

Aqui os dejamos un enlace con otras curiosas excursiones.

Mientras vosotros disfrutáis de esta maravillosa ruta, Casuca te facilita el descanso tras un día de esfuerzo y ejercicio. 

Casas pensadas para tí, para que te relajes como si estuvieras en tu casa.

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